Acababa de terminarme "Divergente" el miércoles por la mañana, así que llamé a Nora para que me llevara el siguiente a clase. Justo cuando acabé de llamar a Nora me llamó Rocko, yo (que soy una persona razonable) le cogí la llamada, así podríamos aclarar todo este asunto.
-¿Hola?
-Belén...
-Dime, no tengo todo el día.
-Quiero pedirte que vengas conmigo al baile.
-Oye...
-No déjalo, mejor olvídate de mí, debe ser horrible tener un plasta como yo dándote la lata todo el día...
-Pero...
-No, en serio.
-¡¡Déjame hablar!!
-Vale...
-Creo que me lo voy a pensar, solo quiero que sepas que para mí eres un buen amigo, es solo que no te veo como alguien con el que salir.
-Entiendo.
-Sería como pedirle a mi hermano que se casara conmigo, ¿lo entiendes?
-Sí, me tienes aprecio, pero no de ése tipo.
-Claro, ¿arreglado, no?
-Sí.
-De todas formas, resérvame un baile, eeee...
-Claro, como amigos.
-Te veo en el insti.
-Ok, dew.
-Chao.
Bien, arreglado. Solo quedaban dos días para el baile y no quería tener problemas con uno de mis mejores amigos. Solo me quedaba un problema: el profesor particular. No había venido esta semana aún, pero este finde vendría para ayudarme con un exámen. Solo de pensar en éso me pone enferma.
Me bajé a desayunar, encontrándome con Javier hasta las orejas de harina.
-Dios, ¿tú te chupas el dedo o qué?
-Oye, que solo tengo cuatro años menos que tú...
-"Solo"...anda, recoge éso que yo voy a por una fragona.
De vuelta a la cocina, limpié el suelo y mandé a Javier a cambiarse de ropa. Dios, qué renacuajo más plasta.
-¿Qué te ha pasado?
-Tenía hambre...
-Me lo imagino, intentabas hacer tortitas.
-Sí...
-Pues haberte puesto un delantal.
-Supongo.
Desayuné rápido y me fui al insti sobre las ocho y cuarto, para entrar a las 8:30, pasé por la casa de Nora para recogerla como siempre e irnos charlando hasta el edificio al que teníamos que asistir (por desgracia) cinco días a la semana.
-Así que has arreglado lo de Rocko y tú.
-Sí.
-¿Ya estás más tranquila?
-Sí, me alegro por tener una preocupación menos en mi vida.
-Yo también me alegraría.
-Ya solo me queda un problema.
-Ya lo sé, lo tienes en tu estado.
-Jajaja...no tengo excusa para llamarte cotilla.
-Ya ves, recuerda que siempre puedes contar conmigo, aún que se te caiga el cielo encima.
-Vale, por eso y por más cosas te aprecio tanto.
-Y yo a ti, "my little friend".
-"My dear friend"...
-Éso...
-Jajaja...
-Jajajaja...
Lo que vale una amiga...
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