jueves, 1 de agosto de 2013

21. Olvidando

Por una vez en los últimos momentos de mi vida, todo estaba más o menos en orden. Las clases de mates se hacían divertidas con José, que ahora me pedía que le llamara Pepe, porque odiaba su nombre. Era un tío bastante majo, nada que ver con su aspecto.
El diario seguía guardado en mi habitación pero había ido a poner un aviso en la comisaría por si preguntaban por él.

Los acontecimientos fueron a mejor y mi humor definitivamente mejoró un viernes por la tarde. Acababa de salir de casa de Nora porque habíamos quedado para comer, y ¿a quién me encontré? a el malnacido al que un día lloré: Eric. 
Acababa de salir del edificio cuando le vi corriendo hacia mí, desde ese momento ese día parecía perdido.

-¡Bell!
-Hola Eric.
-Bell, hace mucho que no te veía, ¿dónde has estado?
-Estaba ocupada olvidándote.
-Pero, ¿qué dices?
-Mira, deja de fingir, te vi con esa chica el otro día, estoy harta de mentiras.
-Ah, bien, lo reconozco, pero ¿qué hay de ese macarra que se pasea por tu casa casi todods los días?
-Es José, y es mi profesor de refuerzo de matemáticas, no hay nada entre nosotros, si no me crees pregúntale a mis padres.
-Oh-desde luego estaba dolido-bien, pues adiós.
-Una última cosa, que sepas que lo nuestro, pasó a mejor vida, ni siquiera me has pedido perdón, creí que era verdadero, pero como ya veo era una farsa, gracias por aclarármelo.
-Tienes razón, perdón-contestó aún que nada me haría cambiar de opinión-siento lo que pasó, había bebido mucho y...
-Entonces,-corté tajante-si realmente no querías que sucediera esto, no haber bebido.
-Tienes razón, la tienes en todo, por eso me enamoré de ti, por eso quiero que volvamos.
-Lo siento, pero esto no funciona así, yo soy la que ha sufrido y ahora esperas que te perdone así como así,-aclaré-lo siento pero no, adiós Eric, si no somos capaces de ser amigos lo mejor será que me olvides, yo ya lo he hecho.
-Bien, pero voy a seguir insistiendo, ya verás como me perdonarás y volverás conmigo.
-No Eric, yo ya he encontrado mi camino.

Me di la vuelta y me marché. Gran conversación la nuestra, muy satisfactoria para mi parisino corazón, con sus partes buenas y sus partes oscuras.