En serio, nunca he conocido a nadie más estúpido y engreído que él. No entiendo cómo no le mandé a freír espárragos en el momento uno.
Nada más llegar a casa saludé a mis padres y subí a cambiarme de ropa, los vaqueros estaban muy sucios de haberme sentado en la hierba contigua a el Sena. Me puse cómoda y bajé para esperar al profesor de apoyo. Llegaría enseguida.
Mis padres sólo me habían dicho que sería de mi edad, así nos entenderíamos mejor. Yo me había dicho que posiblemente sería un friki y que pasaría de él inmediatamente. Me equivocaba.
El tío llegó veinte minutos tarde. Llamó a la puerta y me acerqué a abrirle. Vaya pintas.
Era un macarra de pe a pa. Iba vestido con una camiseta de una calavera en llamas y los pantalones vaqueros le colgaban por debajo del culo. Tenía la cabeza rapada con cresta y llevaba un pircing en la ceja.
-¡¡¡Mamá!!!
-¿Qué te pasa cielo...? Ah, hola José.
-Buenas tardes señora.
Yo lo de ser educado no me lo trago. :S
-Bueno, os dejo para que empecéis con las Mates eeeh tíos...
-Mamá, no te intentes hacer la guay, que no lo eres.
-En fin, adiós Belén, estudia mucho.
Estrangular, estrangular, estrangular... relax.
-Bueno, José-dije con retintín- ¿qué se supone que me vas a enseñar tú?
-¿Matemáticas tal vez?
-Pues venga...
Le hice un gesto para que subiera por las escaleras.
-Ah no, ni hablar, tú lo que necesitas es salir de casa, que tienes una cara...
-¡Oye!
-Bueno, venga, te invito a lo que quieras.
-Pero, ¿no vamos a estudiar?
-Prfffff... sí, pero primero quiero conocerte.
-Pues vale...
Salimos de casa y nos fuimos hasta el centro, junto a las tiendas. José empezó a hablarme, pero yo no le prestaba mucha atención, solo me preguntaba que narices hacía yo en esos momentos. ¿Tan mal me iba el coco como para irme con este macarra que me estaba contando no sé qué chorradas?
Llegó un momento que me sacó de mis ensoñaciones y empezó a obligarme a responder.
-¿A donde quieres ir? ¿Yoogoo?
-No.
-¿McDonalds?
-No.
-¿100 montaditos?
-No
-¿Al burguer?
-No.
Después de decir veinte veces No, paró y me preguntó:
-Bueno y ¿donde quieres ir?
-A mí casa.
-Ni hablar, vamos al Starbucks.
-En fin, por fin decides tú...
-Y bueno, ¿tan mal se te dan las Mates que has tenido que recurrir a mí?
-Tú no tienes pinta de ser bueno en nada que no sea dar la lata.
-¿Perdona?-comentó con una sonrisa-yo soy el mejor de mi clase con los números.
-Vale, no te puedo poner a prueba porque yo soy de las peores, pero un día te presento a mí mejor amiga y fliparas.
-Vale, te propongo un reto: tú te esfuerzas en mates y yo salgo contigo.
-Ni hablar majo...
-Vale, pues yo te hago un regalo si sacas un 8 en mates, ¿vale?
-Vale.
-Ahora voy a empezar a contarte mi vida y luego ya lo de las mates, eeeh?
-Te creía mas malote, pero te aviso, suelo prestar poca atención a las chorradas...-este tío me empezaba a caer bien.
Y aún que no me lo creyera ni yo, me pasé una tarde entera con un macarra matemático, tomando un capuccino con caramelo y lo mejor: no pensé en nada que pudiera hacerme daño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si quieres escribir comentarios adelante, pero nada de palabras malsonantes. :D